EL REGRESO DE JAVIER FLAÑO

Hay cosas en el fútbol que uno no es capaz de comprender. Me encantaría estar en la cabeza de los futbolistas y de los entrenadores para poder llegar a entender situaciones como la de Javi Flaño. Su temporada inicial en la primera plantilla fue sensacional. Fue una de las piezas claves en el esquema de Aguirre en aquel equipo que nos llevó a la previa de la Champions. No ofrecía alardes ofensivos, pero sí que tapaba cualquier resquicio defensivo en el flanco derecho de la zaga. Todo hacía indicar que, salvo ofertón bilbaino o similar, teníamos dueño para el lateral derecho durante años.
A partir de esa temporada, la aportación de Javi fue bajando. Cada vez era menos indiscutible e incluso perdió su sitio en los onces de Ziganda. La situación cambió de tal manera que de titular pasó a la grada y su sitio lo ocupó otro chaval que se cayó desde el extremo para ubicarse en el lateral. La sensación Azpilicueta llevó a Javi a verse en Santander el pasado verano. Finalmente no fue así, pero ni Cuco ni Camacho siguieron contando con él salvo en emergencias. Hasta Oier parecía estar por delante en la jerarquía defensiva del equipo. ¿Y por qué?
No lo sé, pero lo cierto es que así. En Sevilla cumplió y si juega un quinto partido en este enero loco de partidos ya no podrá salir de Osasuna hasta junio. El encuentro del Pizjuán lo salvó de aquella manera, pero cumplió a pesar de la amarilla que vio en los primeros minutos. Sufrió, pero tuvo la recompensa de que tuvieron que cambiar a su par, Adriano, porque no rompía por su lado. El siguiente reto vendrá en junio. Javier acaba contrato y su futuro en el club, hasta ahora, parecía negro. Veremos si el Flaño que nos deslumbró regresa a la derecha para volver a quedarse.