viernes, 9 de enero de 2009

GARRALDA

Durante la comida "navideña" de Portland nos enteramos de la noticia de que Mateo será jugador-entrenador del Kolding danés. No es ninguna sorpresa porque él ya firmó su contrato con esta opción como posible, pero aún así cabe la pena remarcar lo positivo de esta noticia. Yo saco una cosa de positivo: tener claro qué sabe hacer uno en la vida y saber sacarle provecho. Zapatero a tus zapatos, si no, mal te irá.
Mateo Garralda lleva jugando a balonmano desde que tiene conciencia de existir. Burlada, Granollers, Madrid, Santander, Barcelona, Pamplona y León han sido las diferentes sedes de esta historia de adicción profesional al hobby que mejor se le daba: el balonmano. Con 39 años, Mateo no tendrá problemas para vivir y habrá acumulado, imagino, un saquete suficiente para no pasar demasiados apuros. Pero sabe que tiene que seguir trabajando cuando termine el balonmano. Y él tiene una formación fundamental: la de este deporte.
Si de algo sabe Mateo es de balonmano. No es ingeniero, economista, arquitecto... Él ha sido siempre, desde los 15 años, jugador de balonmano, y tiene claro que su futuro va por ahí. Deberá formarse y sacarse los preceptivos títulos para poder ganarse la vida, pero por de pronto ya se ha abierto camino desde el club del padre de Boessen (qué latigazos, qué poco caracter). No le ha importado emigrar para reconducir su nuevo camino. La cuarentena le va a dar el cambio de rumbo.
Otro día plantearé la necesidad de reconocerle cómo segundo mejor deportista de Navarra de la historia. Miguelón todavía es el mejor, pero Mateo ha hecho cosas muy grandes como para ser reconocido de manera extraordinaria, y que se entienda la palabra como fuera de lo ordinario, porque él lo está siendo así.

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